Una nueva era: cambio de actitud ante la Navidad en Israel

One for Israel

Las cifras van en aumento, y tanto si se trata de visitantes ocasionales que quieren ver la decoración navideña como de visitas organizadas, a los israelíes les encantan las fiestas.

Desde hace más de una generación, Israel se ha consolidado hasta el punto de tener la sensación de poder explorar cosas nuevas. La historia del Israel moderno es una historia de ataque y defensa, de búsqueda de refugio contra la tormenta y de construcción de un refugio seguro para el pueblo judío en un mundo que sencillamente no puede dejar de lado el antisemitismo. Pero ahora, con el ejército más fuerte de Oriente Medio y una población mayoritaria que no conoce otro hogar, muchos judíos israelíes se sienten lo bastante seguros de su identidad como para aventurarse donde la diáspora aún teme poner el pie.

El mensaje chocante es el siguiente: 
“Los judíos israelíes se han enamorado de la Navidad, y en ningún lugar es esto más evidente que en la ciudad árabe del norte donde, según la creencia cristiana, una mujer llamada María recibió hace más de dos milenios la noticia de que daría a luz al Hijo de Dios” (diario Haaretz).

Nazaret, la ciudad de crianza de Jesús, se llena cada vez más en Navidad de israelíes judíos que vienen por curiosidad a ver, oír y aprender. Los guías turísticos, que hablan hebreo, conducen a los grupos judíos a los lugares de interés y les explican su significado y su historia. Muchos nunca han estado en Nazaret y saben poco o nada sobre la historia bíblica de Jesús.

Una mujer llamada Neta dijo: “Crecimos como ultraortodoxos… es muy agradable ver cómo celebran sus fiestas los de otras religiones. Pero la verdadera razón por la que quería hacer esto era por mis sobrinas: necesitan abrir un poco sus mentes”.

Maoz Inon tiene el dedo en el pulso en lo referente al turismo en Nazaret, y se asoció con una familia árabe local para convertir su magnífica mansión familiar en una casa de huéspedes. Se ha dado cuenta de cuánto ha crecido el interés de los judíos: “En cuanto al número de judíos israelíes que vienen para las vacaciones de Navidad, es sin duda un récord”, declaró a Haaretz. Y añadió: “Dado que los israelíes viajan cada vez más al extranjero, también entran en contacto con la Navidad”.

Las cifras van en aumento, y tanto si se trata de visitantes ocasionales que quieren ver la decoración navideña como de visitas organizadas, a los israelíes les encantan las fiestas. Una agencia de viajes de Jerusalén consiguió duplicar el número de grupos turísticos, y luego incluso se quedó sin guías. Más al norte, 30,000 personas acudieron de todo el país para ver la espectacular iluminación de Haifa. El pueblo de Fassuta, en la frontera con el Líbano, ostenta el árbol de Navidad más grande de Israel y es conocido por sus hermosas decoraciones, que atraen a más de 60,000 visitantes.

Los tiempos cambian
Esta nueva fascinación dista mucho de la repulsión por todo lo navideño que experimentábamos en el pasado. Hace solo unos años, el Gran Rabinato dictó el curso de la política oficial revocando los certificados kosher a todas las tiendas que exhibieran símbolos cristianos —como árboles de Navidad— durante la época navideña. Y el Jerusalem Post informó con cierta consternación sobre el polémico enderezamiento de un árbol de Navidad en la Puerta de Jaffa, una de las principales entradas a la Ciudad Vieja de Jerusalén.

Una apreciación de la comunidad árabe
En una mañana de Adviento, nuestros estudiantes judíos y árabes del Colegio Bíblico se reunieron para un servicio de villancicos y una charla de Shmuel Aweida, un pastor árabe, que daba su punto de vista.

Su familia nunca supo la verdadera fecha de nacimiento de su madre, así que simplemente eligieron un día para celebrarlo. Lo más importante, dijo, es que era su madre. No saber la fecha exacta de su nacimiento no la hacía menos importante o cariñosa, ni cambiaba nada en su relación; lo mismo ocurre con Jesús, lo principal es que vino. Es un hecho que hay que recordar: ¡por fin ha llegado el Mesías tan esperado!

Moti Vaknin, un judío creyente en el Mesías, dijo que su familia tampoco sabía la fecha de nacimiento de su abuela judía marroquí. Israel es un lugar extraño, con una historia intrincada y fascinante, tanto del país como de la gente. Aquí hay espacio de sobra para las comunidades judía y árabe, con sus tradiciones e idiosincrasia. Tenemos mucho en común: pasado, presente y futuro, y quizá la comunidad judía pueda aprender un par de cosas de los cristianos árabes que viven entre ellos a la hora de celebrar la llegada del Mesías judío.   

Versión levemente abreviada traducida del artículo “A New Era: Changing Attitudes to Christmas in Israel”, oneforisrael.org - publicado con amable autorización.

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