Oren por Israel

René Malgo

El brutal ataque de Hamás contra Israel ha conmocionado y sorprendido al mundo entero. Todavía cuesta entender por qué el tan alabado servicio de inteligencia nacional de Israel no estaba al tanto de los preparativos de la organización terrorista, por qué se retiraron soldados de la frontera de Gaza a Cisjordania con antelación, y cómo tantos asesinos lograron entrar en el país a la vez, traspasando las medidas de seguridad de la valla fronteriza. Al igual que ocurrió con el devastador atentado contra las torres gemelas de Nueva York, sucesos tan inconcebibles hacen aflorar las teorías conspirativas más descabelladas, y —si Dios quiere y nosotros vivimos— sin duda publicaremos más sobre el trasfondo de esta inesperada y horrible guerra en Israel en próximas ediciones. 

El escritor holandés Leon de Winter lo resume en un comentario para la NZZ (Neue Zürcher Zeitung) cuando escribe: “El brutal ataque desde la Franja de Gaza solo sorprende a quienes se han engañado a sí mismos. Hamás y detrás de esto Irán, siempre han llamado a la destrucción de Israel y de los judíos.

El sábado pasado, mientras los terroristas palestinos se dedicaban a mutilar, violar, asesinar y decapitar a familias enteras en sus propias casas y calles, los medios de comunicación occidentales estaban preocupados por cómo dar la cobertura más equilibrada de la masacre. Algunos editores pensaron que había que situarlo en un contexto más amplio, y así surgió un perverso funambulismo en los principales medios de comunicación”.

Por ejemplo, el New York Times, cambió en su información el término originalmente correcto de “terroristas” de Hamás por el de “gunmen” en inglés, que puede traducirse como “tiradores” o incluso “ladrones armados”. En cualquier caso, el término es lo suficientemente ambivalente como para no tocar la sensibilidad de los terroristas. Y entonces nos preguntamos: ¿en qué clase de mundo vivimos realmente? 

Como era de esperar, los activistas de Black Lives Matter (BLM) anunciaron inmediatamente después del ataque a Israel que estaban apoyando a “Palestina”. Y un periodista de Los Angeles Times calificó de “propaganda” del ejército israelí los relatos documentados de las atrocidades cometidas por los terroristas de Hamás contra bebés judíos. 

Horrorizado, Leon de Winter escribe: “El sábado, niñas y mujeres judías fueron violadas, torturadas y asesinadas en masa, ancianos y niños fueron masacrados. Fueron masacrados del mismo modo que los nazis masacraron a los judíos no hace tanto tiempo. Lo que distingue a los terroristas de Hamás de los grupos de operación nazi, es la celebración pública de las masacres en Gaza. Los nazis se esforzaban por ocultar su diabólico trabajo, porque incluso entre ellos, en algún rincón de su conciencia, deambulaba el pensamiento de que lo que estaban haciendo era un crimen contra el orden ético más profundo del cosmos. Pero los terroristas palestinos celebran la violación, la humillación de judíos vivos y muertos, el miedo en el rostro del rehén. Y en todo el mundo son admirados por personas con la misma disposición psicopática”.

En este contexto, el comentarista político Michael Knowles señala —seguramente con cierta justificación-— que los activistas de izquierda, como los de Black Lives Matter, que admiran y apoyan a Hamás, en realidad quieren hacer exactamente lo mismo a quienes odian. Esta cruel mentalidad probablemente tiene su origen en algunas de las extrañas reacciones que se producen en Europa y Estados Unidos cuando se masacra a judíos. Algunas personas simplemente no pueden disimular su odio a los judíos. La autora de Harry Potter, J.K. Rowling, no se anduvo con rodeos en la red X (antes Twitter) cuando escribió: “Que los llorosos apologistas de violación, asesinato y tortura expliquen ahora cómo justificarán incluso estos hechos”. Y efectivamente, los comprensivos y tolerantes con Hamás no tardaron en salir de sus cuevas para hacer precisamente eso.

Una vez más citamos a Leon de Winter: “Hamás no solo quiere matar a los judíos de Israel, sino a todos los judíos del mundo. Los terroristas de Hamás llevan hablando de esto desde que Hamás existe. Para ellos, la tierra de Israel es un país exclusivamente islámico donde deben gobernar los musulmanes, no los judíos. [...] Así que la mayoría de los palestinos nunca aceptarán la existencia de un Estado judío. Porque eso significaría que tendrían que reconocer que la tierra sagrada islámica puede ser controlada con éxito por judíos. Esto es impensable en su universo religioso, que es idéntico al de sus amos iraníes, que odian a los judíos.

Occidente no debe perderse en ilusiones: Las ambiciones apocalípticas de Irán abarcan el mundo entero. Cristianos, hindúes, budistas e infieles también deben ser destruidos o subyugados. [...] Gran parte de los medios de comunicación difunden la mentira de que los israelíes y los terroristas de Hamás son iguales. Pero no hay equivalencia entre la luz y la oscuridad”.

En realidad, la clasificación de los frentes en este caso debería ser evidente. Por supuesto, ningún ser humano está libre de pecado, ni siquiera el pueblo judío, pero existe el bando equivocado y el bando correcto, y quienes justifican o pasan por alto el odio, el asesinato y la violación, y niegan a todo un pueblo su derecho a existir, están claramente en el bando equivocado.

Así pues, nos queda hacer un llamado a la oración por Israel, por las personas que han sido secuestradas, que han perdido a sus seres queridos y que viven bajo una constante amenaza de muerte. Nuestro Príncipe de paz es poderoso. Oremos para que de las tinieblas Él haga surgir la luz, y de las contiendas surja Su paz. Él puede superar incluso las brechas más profundas. 

“Consolad, consolad a mi pueblo —dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén” (Is. 40:1-2; lbla).

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